Introducción

 

Las transformaciones estructurales operadas desde la década de los ochenta en nuestro país tuvieron y siguen teniendo hoy en día importantes repercusiones en el plano social y político. En este contexto, una de las problemáticas más relevantes que se ha desarrollado en las ciencias sociales de nuestro país[1] dice relación con la dificultad que emerjan actores sociales en el plano político, es decir, la sociedad chilena ha experimentado en los últimos años un proceso de despolitización que se hace manifiesto a partir de la ausencia de actores sociales.

 

En el presente artículo, buscamos realizar un acercamiento a esta problemática, a partir del análisis de la conformación y desarrollo de dos movimientos de trabajadores, que durante los últimos años han tenido una connotada aparición en el escenario de movilizaciones chileno; nos referimos a los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco. Consideramos que ambos movimientos representan un espacio de análisis interesante para reflexionar acerca de la emergencia de actores políticos a partir de la esfera laboral, debido a que, justamente, dada su condición de subcontratados estos trabajadores representan de manera importante aquellas transformaciones operadas en la etapa del régimen dictatorial, que inhiben la acción política. En este sentido, la pregunta que guía el desarrollo del presente artículo queda esbozada como sigue: ¿son los movimientos de los trabajadores subcontratistas de Bosques Arauco y de CODELCO susceptibles de ser analizados desde un punto de vista político?

 

Ahora bien, para comprender los alcances de estos planteamientos será necesario que contextualicemos, en primera instancia, la situación de los subcontratistas en dos sentidos. Por una parte, se trata de estudiar aquellas transformaciones económicas que revolucionan las condiciones sociales en las que se insertan los nuevos trabajadores. Por otra parte, será necesario estudiar las transformaciones operadas en un plano ideológico e institucional, es decir, cómo se transforma la esfera política. A partir de este contexto, es que podremos entender cómo se generan actualmente las condiciones para el desarrollo apoliticismo en Chile a partir, y en definitiva, el escenario en el cual los trabajadores subcontratistas se movilizan.  

 

1. Transformaciones económicas

 

En Chile el panorama económico que se configuró tras la época del régimen militar es completamente diferente al tipo de economía desarrollado en el llamado Estado de Compromiso; este cambio dice relación con la implantación de un nuevo sistema económico, denominado neoliberal, que se caracteriza por enfatizar en la apertura al mercado externo[2]. En el periodo precedente la economía se caracterizaba por el intento de desarrollar una base económica autosustentada, encabezada por el Estado, en tanto que el nuevo sistema económico planteará una transformación justamente en estos aspectos. Con el neoliberalismo el Estado pierde su carácter central de regulador e impulsor del desarrollo económico, a la vez que pierde su capacidad de estructurar la sociedad, siendo reemplazado en estos aspectos por la soberanía del mercado.

 

Ahora bien, como señalábamos anteriormente, los cambios que operan a partir de los años 80 en la esfera económica y política, tienen que ser leídos a partir del problema del apolitcismo en Chile, para poder comprender el contexto en el cual se insertan los trabajadores subcontratistas. En este sentido, consideramos que parte estas transformaciones repercuten directamente en la estructura productiva, hecho que se traduce en una directa diversificación de la división social del trabajo y una consecuente dificultad para articular intereses en común a partir de una  misma posición en la esfera laboral.

 

A grandes rasgos podemos señalar que los grandes cambios que sufre la estructura productiva se sintetizan en: a). Se produce una reorientación del estilo de desarrollo, que ya  no se basa en los sectores productivos (industriales), sino en aquellos más ligados al sector primario y al capital especulativo, como servicios y el sector financiero. b) Se desarrollan cambios que reposicionan a los actores clásicos del modelo económico, y plantean nuevos protagonismos en este ámbito. (Privatización e introducción de capitales extranjeros) y, c) finalmente, tiene lugar una reorganización técnica del proceso de producción, debido a las transformaciones globales y la incorporación de nuevas tecnologías, que produce una rearticulación en la empresa y en el trabajo en su interior[3].

 

Estos aspectos determinan una complejización de la estructura productiva, lo que genera dificultad para la articulación de intereses entre trabajadores. Esto además tiene como directa consecuencia un grado mayor o menor de identificación con la política, lo que sin duda estimula la aparición de condiciones para el desarrollo del apoliticismo. Por lo tanto, es preciso revisar también las transformaciones operadas en el plano político en Chile.

 

2. Transformaciones políticas

 

Al igual que las transformaciones económicas, los cambios vividos en esta esfera comienzan a desarrollarse a partir del régimen militar, el cual trastoca las formas políticas existentes en el Estado de Compromiso. En las década de los años 50 ó 60, el Estado tenía una importancia central en la articulación de la sociedad, razón por la cual se generó una imbricación entre política y sociedad civil, con un rol preponderante del sistema de partidos políticos (Garretón, 2000).

 

Las transformaciones operadas en el sistema político generan nuevas condiciones para el desarrollo de la política que, incluso, se oponen a las del sistema anterior. Estos cambios se relacionan principalmente con la trasmutación que sufre la democracia en el periodo de la dictadura. En efecto, el actual sistema democrático que nosotros conocemos se gesticuló en un largo proceso, que se posicionó en contra de la antigua democracia, criticando de ésta su carácter estatista y popular, hecho que para los nuevos ideólogos de la dictadura significaba incompatibilidad con el desarrollo económico.

 

El proceso de trasmutación democrática sufrirá dos momentos. El primero refiere a lo que Tomás Moulián denomina como democracia protegida, periodo en el cual la democracia se erige como funcional al nuevo sistema económico, y se define a partir del desplazamiento de los fines a los medios (Moulián, 1998). Esta construcción de nuevos parámetros abrirá paso al tipo de democracia existente hasta el día de hoy, a saber, la democracia de consensos. En Chile esta nueva democracia se construye en una lógica de deslegitimación al pasado, que se basa principalmente en una crítica al conflicto. Lo que hay detrás de esta lógica es lo que Tomás Moulián denomina como lógica de Blanqueo, que no significa otra cosa más que la instalación de nuevos dispositivos de poder[4].

 

Ahora bien, este tipo de democracia es criticada por sentar las bases de una elitización de la política. En efecto, la democracia de consensos lleva aparejada dos críticas fundamentales. Por un lado, no se puede olvidar que el conflicto generalmente responde a posiciones estructurales desiguales en una sociedad. Por otra parte, la democracia de consensos fomenta la elitización de la política en tanto es una minoría la que decide (Ruiz Schneider, 1993).

 

En definitiva, vemos que la esfera democrática que se construye en esta etapa se elitiza de tal manera que, incluso, se construye a espaldas de la sociedad civil. Como nos señalaba Moulián, ahora las decisiones ciudadanas responden más a medios que fines, es decir, no se cuestionan las metas, solo se delibera sobre los medios para alcanzarlas[5] Por lo tanto, la esfera política genera las condiciones apropiadas para la generación del apoliticismo en Chile

 

3. Los subcontratistas y el apoliticismo

 

A partir del análisis de las condiciones económicas y políticas, podemos sostener que en Chile se generan condiciones proclives al desarrollo del apoliticismo. Este fenómeno dice relación con la incapacidad para que se generen actores colectivos, sujetos que, compartiendo una posición estructural común, no son capaces de conciliar intereses. Además, los trabajadores sufrieron las mutaciones del mercado laboral, el cual se desreguló y flexibilizó a partir de la implantación neoliberal. Este proceso de desregulación responde a una transformación en  plano legislativo, a partir de la cual los trabajadores vieron vulnerados alguno de sus antiguos derechos. El caso más paradigmático refiere a las trabas impuestas a la sindicalización y la negociación colectiva. Asimismo, el proceso de flexibilización alude a la movilidad de la mano de obra, de manera que la producción de las empresas se puedan ajustar a las fluctuaciones del mercado.

 

En este contexto, comprendemos que la situación de los subcontratistas es sumamente compleja. En efecto, se trata de un caso que sufre directamente las consecuencias que profundizan el apoliticismo en la actualidad, es decir, transformaciones en la esfera productiva, transformaciones políticas y transformaciones legislativas y del mercado laboral. Por estas razones nos llama la atención las movilizaciones encabezadas por los subcontratistas de CODELCO y  Bosques Arauco, ya que pese a todas las dificultades, lograron conciliar intereses en común y encauzar sus movilizaciones en pro de objetivos específicos. Sin embargo, entendiendo el fenómeno del apoliticismo en el cual se encuentran insertos, se comprende que el grado de politización de sus movimientos no necesariamente es muy elevado, aunque el hecho de movilizarse ya supone un grado de politización, aunque sea mínimo. Por ello planteamos las siguientes hipótesis que guiarán nuestro análisis.

 

  1. Ambos movimientos presentan un grado de politización
  2. Sin embargo, dadas las condiciones materiales en las que se insertan ambos movimientos consideramos que el grado de politización en ambos movimientos será distinto

 

Para dilucidar nuestras hipótesis analizaremos el movimiento de subcontratistas considerando tres aspectos que, a nuestro juicio, parecen fundamentales para comprender cualquier movimiento político en la actualidad, a saber, las condiciones económicas, las condiciones ideológicas y  las condiciones políticas en las cuales ellos se insertan. Sin embargo, para comprender el enfoque que hemos escogido será necesario revisar algunos aspectos teóricos que justifican nuestro problema y nuestros criterios de análisis.

 

4. Algunas nociones teóricas

 

Tal como hemos visto anteriormente el análisis que haremos del grado de politización de los trabajadores subcontratistas se relaciona directamente con algunos conceptos específicos, como los de política, condiciones materiales, ideológicas o actor social. Es, por lo tanto, fundamental dar cuenta de la postura que tomaremos frente a estas nociones más que detallar cada una de ellas. Por esta razón, reflexionaremos en torno a  relación que tienen estos conceptos entre sí, y cómo se aplican a la situación de los trabajadores subcontratistas.

 

Una primera noción que necesita ser definida es la de política, ya que se trata de un elemento transversal, que cruza toda la investigación. La política representa, desde nuestra perspectiva, tres aspectos. Por un lado, refiere a una acción, a una práctica social. Se diferencia del sistema político formal (lo político)[6], pero apunta a su transformación. En otras palabras, la política es una práctica que busca la transformación del momento actual, de la totalidad. Esta totalidad queda representada, en sociedades capitalistas, por el Estado, donde se articulan los niveles económico, político e ideológico de la sociedad. (Poulantzas, 1988). Ahora bien, como la política es una práctica de transformación, se vincula necesariamente al conflicto. El conflicto representa una oposición a las condiciones actuales, las que se buscan transformar.[7] Finalmente, retomando a Maquiavelo, la política es voluntad de construcción de la historia, de transformación de las condiciones existentes. En otras palabras, política es "la forma reflexiva del cambio social, la voluntad consciente de construir historia. La política es la autoconciencia de una sociedad y la capacidad para actuar sobre sí misma en la prosecución de determinados objetivos de realización futura" (Baño, 1997: 5).

 

Ahora bien, la política no puede ser un concepto vaciado de significado, por lo tanto, se debe comprender en su relación con un grupo, una clase, un colectivo o un actor. En este artículo utilizamos una definición de actor social que se relaciona directamente con las condiciones materiales en las cuales se insertan los trabajadores subcontratistas, es decir, desde nuestra perspectiva éstas determinan en gran medida la constitución o posibilidad de constitución de un actor social. De acuerdo a Marx, se puede decir que el origen de las clases está dado por la posición ocupada en la estructura productiva, la cual se define por la posesión o no posesión sobre los medios de producción. El trabajo se presenta así como el fundamento de las relaciones de clase o, en otros términos, las clases sociales se estructuran en relación a la división social del trabajo[8].

 

Por lo tanto, el potencial de acción dice relación con el lugar que los sujetos ocupan en la estructura productiva, a partir de allí pueden conciliar intereses e iniciar una acción que transforme sus condiciones. Por esta razón, ambas nociones se encuentran sumamente ligadas entre sí. Sin embargo, parece evidente que la mera existencia de condiciones estructurales que sitúen a los sujetos en posiciones contrarias, no asegura que se desarrolle una voluntad de transformación, una acción política o se plantee el conflicto político. Estos elementos aparecen más bien soterrados, y la manera de hacerlos evidentes es a través del desarrollo de la conciencia, lo que Marx denominara como clase para sí.

 

Tanto Poulantzas como Gramsci plantean que las clases no se definen sólo en un plano económico, sino también en uno ideológico y político. Además, señalan que estos niveles son particularmente importantes en lo que dice relación con las formas de conciencia de las clases y las orientaciones políticas que ellas desarrollan. En este sentido, realizan una distinción entre el nivel económico y el nivel político de la lucha de clases. El nivel económico es donde se jugarían los intereses económicos de las clases, los cuales estarían definidos estructuralmente, independientemente de la voluntad de los sujetos, y el nivel político es donde entrarían a jugar un papel importante las configuraciones de conciencia de los sujetos. De esta forma, el nivel político de la lucha de clases estaría referido al problema más amplio de la dominación.

 

Es así como estas nociones teóricas nos ayudan a comprender cuál es la situación de los trabajadores subcontratistas, es decir, el lugar en el cual se encuentran insertos, las condiciones materiales  que los determinan y sus posibilidades de acción. A partir de la importancia que tiene la esfera del trabajo en la constitución de actores sociales, se justifica el uso de estas nociones para comprender el fenómeno de los trabajadores subcontratistas. En definitiva, la relación existente entre las condiciones materiales y las condiciones ideológicas, a través de la política, nos permiten entender el grado de politización que tienen los trabajadores subcontratistas. Ello pese a que su situación se vea mayormente complejizada debido a las circunstancias que generan un espacio fértil para el desarrollo del apoliticismo. 

 

5. Resultados

 

Como hemos venido señalando, el interés de esta investigación va por el lado de enmarcar a los trabajadores subcontratistas en sus condiciones materiales e ideológicas, de manera de comprender cuál es el contexto desde el cual éstos se pueden o no proyectar hacia un plano político. En ese sentido, nuestro análisis se bifurca en tres direcciones distintas, pero íntimamente ligadas entre sí: por un lado, las implicancias de la situación de subcontratación en las empresas CODELCO y Bosques Arauco; por otro, los parámetros a partir de los cuáles los trabajadores se perciben a sí mismos insertos en una estructura productiva y en una totalidad social; y finalmente, la materialización de estas condiciones, objetiva y subjetiva, en el plano de la acción política. 

 

5.1. Los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco: entre la subcontratación y la precariedad

 

No cabe duda de que los sectores minero y forestal son dos áreas estratégicas de la economía nacional. Los medios de comunicación no dejan de anunciar las espectaculares ganancias obtenidas por las exportaciones de cobre y de productos forestales como la celulosa. La minería del cobre es, en nuestro país, la principal fuente de generación de divisas, y el sector forestal se ha ido posicionando como el segundo rubro exportador más importante. Los datos lo comprueban: el 63,7% de las exportaciones chilenas provienen de la minería[9], y las exportaciones del sector forestal han visto sus valores triplicarse en los últimos diez años[10]. En el plano internacional, Chile es el primer exportador de cobre del mundo, y uno de los más importantes en cuanto a los productos forestales. 

 

En este contexto, CODELCO y ARAUCO son dos empresas de gran envergadura. Cada una desempeña una labor gravitante en los rubros señalados. De acuerdo con datos de la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO), CODELCO representa cerca del 33% de las exportaciones totales de cobre del país[11], y según los datos del Instituto Forestal de Chile (INFOR), entre todas las empresas filiales y coligadas de ARAUCO, suman cerca del 47% de las exportaciones forestales[12].

 

Sin embargo, las grandes utilidades de ambas empresas, así como también el alto grado de competitividad que tienen a nivel internacional, no tienen como correlato una homogénea y favorable situación económica y laboral para sus trabajadores. Muy por el contrario, como hemos visto en los últimos años, en estas empresas los trabajadores se encuentran altamente precarizados. De ello dan cuenta los propios trabajadores, en las entrevistas realizadas, así como también los datos sobre remuneraciones de los subcontratistas de CODELCO que nos entregan Orlando Caputo y Gabriela Galarce, y los que nos entregan el diario La Nación sobre las remuneraciones de los trabajadores forestales.

 

En efecto, uno de los indicadores de precariedad laboral tiene que ver con la insuficiencia de las remuneraciones para cubrir las necesidades básicas. En ese sentido, se constata que en CODELCO los sueldos de los subcontratistas alcanzan aproximadamente los 250.000 pesos[13], y en Bosques Arauco, no superan los 135.000, quedando por debajo del salario mínimo[14]. Si a esto sumamos otro tipo de factores, como la incertidumbre acerca de la duración de la relación laboral, o la dificultad que perciben los trabajadores para organizarse colectivamente, estamos frente a un claro problema de precarización laboral.

 

La propia experiencia de los trabajadores lo comprueba: "...la plata en estos momentos no alcanza, muy caro todo y hay que hacer malabares no más" (Trabajador, CODELCO Andina); "Claro, a mi echaron, porque justo en ese mes se nos cumplían a nosotros los plazos de contratos, y si te exigen plata, si las federaciones, por ejemplo, acá, de los sindicatos forestales, aprietan un poco, cortan por lo sano" (Trabajador Bosques Arauco, asociado a la FETRAFOR)[15]

 

Las remuneraciones son bajas, los contratos de trabajo son mayoritariamente a plazo fijo, o por obra o faena, dependiendo del área de que se trate, la empresa mandante puede terminar el contrato con el contratista con facilidad, si es que las fluctuaciones del mercado lo exigen. Subcontratación, por tanto, es sinónimo de flexibilidad para las empresas, e inestabilidad para los trabajadores. Más aún si esta forma de contratación implica una dificultad para que los trabajadores se organicen colectivamente; y esto ocurre no sólo porque hay mayores facilidades para terminar los contratos en una situación así, sino también porque la subcontratación fragmenta a los trabajadores en sus relaciones laborales (Agacino, González y Rojas, 1998). Ya no pertenecen todos a una misma empresa, no comparten todos la misma situación.

 

Es importante, sin embargo, hacer una pequeña aclaración. Si bien estos elementos son comunes a CODELCO y Bosques Arauco, los grados en que se da esta situación no son los mismos en cada una. Si en CODELCO los trabajadores subcontratados reciben sueldos bajos, los de Bosques Arauco son aún más reducidos[16]. Se puede decir que la situación de los trabajadores forestales comporta un grado mayor de precariedad que la de los mineros, lo cual incidirá, como veremos posteriormente, en la forma de conciencia que asume cada uno de estos sectores.

 

Sin entrar aún en las particularidades de cada caso, cabe por ahora preguntarse por la relación que existe entre estos dos fenómenos aparentemente opuestos y que conviven en ambas empresas: las elevadas ganancias obtenidas, por un lado, y la precariedad de sus trabajadores, por otro. Desde nuestra perspectiva, esto se debería a que las grandes empresas maximizan sus utilidades a costa de los trabajadores. Como indica Magdalena Echeverría, uno de los principales mecanismos que utilizan hoy en día las empresas para reducir costos es la subcontratación, es decir, la introducción de un tercero, una empresa contratista, en la relación laboral (Echeverría, 1997). Concebida primero como una forma de especialización de las empresas, la subcontratación se ha ido incorporando poco a poco a todas las áreas de actividades, resultando cada vez más difícil distinguir si se trata de un servicio externo a la empresa, o de un suministro de trabajadores en las labores propias al giro principal de ésta.

 

En CODELCO y ARAUCO, la subcontratación está integrada en todas las operaciones. Desde los servicios generales hasta en la producción pueden encontrarse trabajadores subcontratados. De acuerdo con los dirigentes sindicales de las organizaciones FETRAFOR y CTF[17], en la empresa Bosques Arauco, perteneciente a ARAUCO, los únicos trabajadores propios de la empresa son los profesionales ligados a las funciones administrativas. El área principal, la cosecha de bosques, así como también el sector del transporte, están totalmente subcontratados. En el caso de la minería, según Agacino, González y Rojas, las actividades cubiertas por la subcontratación son las siguientes: a) prospección y constitución de propiedades; b) ingeniería de proyectos y planificación; c) montaje industrial; d) desarrollo minero; e) extracción de mineral; f) procesamiento y tratamiento del mineral y g) actividades de post-producción (Agacino, González y Rojas, 1998: 130-136). La subcontratación está presente en toda la cadena productiva de la minería, y particularmente, en la actividad del giro principal de la empresa, es decir, la propia extracción del mineral.

 

De esta forma, no resulta tan aventurado sostener la idea de que más que una estrategia de especialización de las empresas, se trata de abaratar costos, traspasando los riesgos de la inversión en mano de obra hacia terceros, es decir, hacia los trabajadores de empresas contratistas.

 

Por otra parte, más allá del fenómeno de la precariedad asociada a la subcontratación, esta nueva forma de organización del trabajo ha conducido a un desdibujamiento de las tradicionales relaciones que se articulaban en el ámbito de la producción. La conformación de una "figura del doble empleador", como indica Magdalena Echeverría, es claramente perceptible en las situaciones de CODELCO y Bosques Arauco. Los trabajadores, en muchas ocasiones, van rotándose de una empresa contratista a otra, pero trabajan siempre indirectamente para la empresa mandante CODELCO o Bosques Arauco, según el caso[18]. En este contexto, los trabajadores perciben que su empleador directo es un mero intermediario entre ellos y la empresa mandante, pese a que la contratista es la figura legal que ellos pueden interpelar. No hay por lo tanto, un interlocutor claro frente al cual dirigir las demandas. La empresa mandante tiende a eludir sus responsabilidades, traspasándolas a las contratistas, y las contratistas son percibidas como incapaces de responder frente a las reivindicaciones de los trabajadores.   

 

"La mandante tiene que mejorar los sueldos, porque al contratista le pagan una tarifa y de ahí el contratista nos paga a nosotros. Nosotros peleamos con el contratista para que nos suba el precio, y los sueldos base, y todo eso. Pero él no puede tampoco pagar más allá, porque él se financia con una cierta cantidad de plata. Entonces, si Bosques Arauco no le sube a ellos, ellos tampoco nos puede subir a nosotros" (Dirigente sindicato asociado a la CTF, Bosques Arauco); "...las empresas contratistas es muy poco lo que pueden ejercer, digamos, ellas también trabajan para CODELCO, los cambios no los podían generar tampoco" (Trabajador CODELCO Ventanas).

 

Finalmente, la subcontratación también significa el surgimiento de múltiples diferenciaciones al interior del grupo de trabajadores. No es raro escuchar en su discurso que existen trabajadores de primera, de segunda, y hasta de tercera categoría. Relación que se percibe principalmente en CODELCO, debido a que, como señalamos, en Bosques Arauco no se da la coexistencia de trabajadores subcontratistas y trabajadores de planta al interior de la empresa.

 

Rescatamos al respecto la visión de un dirigente de CODELCO: "Hay una relación de menos a más. O sea, en total, digamos, ha sido, el trabajador contratista, mirado, como un trabajador de segunda, o de tercera. Por lo tanto, el trabajador de planta, siempre incluso cumpliendo las mismas funciones, se siente con la autoridad para recriminar... manda, o sea, es un jefe más... esa es la relación." (Dirigente CTC, zonal Ventanas)

 

De esta forma, ya no se puede hablar de una clara oposición entre trabajadores y empleadores, como en la situación de empleo tradicional, sino que existe toda una serie de estratos en el grupo de trabajadores, y una relación ambigua con cada uno de los empleadores. En ese sentido, planteamos que la subcontratación ha introducido modificaciones en las relaciones laborales, que han tendido a transfigurar las tradicionales relaciones de clase y, que a su vez, han alterado las tradicionales formas de conciencia de los trabajadores. En lo que sigue, intentamos abordar este último aspecto, que tiene que ver con las mutaciones que se han producido en el plano ideológico para los trabajadores. 

 

5.2.  Identidades colectivas, percepciones de totalidad y niveles de conciencia en los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco

 

Un elemento primordial a considerar en la constitución política de un actor social, es que su conciencia se desarrolla, en primer término, a partir de las condiciones sociales en las que está inserto. En este sentido, se puede decir que para los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco, el primer y más básico elemento de identificación es, precisamente, su condición de trabajadores.

 

Ahora bien, si nos preguntamos por la ampliación de esta identificación primaria, en tanto que trabajadores, hacia la conceptualización de un colectivo de trabajadores, estamos situándonos en un nivel más profundo de la conciencia. Los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco presentan, en ese sentido, ciertos niveles de pertenencia a un colectivo: "Somos todos trabajadores, que tenemos los mismos derechos, las mismas obligaciones y las mismas necesidades" (Dirigente CTF); "Entonces, yo creo que cuando los trabajadores entiendan que su lucha es común, que somos hermanos del mismo dolor, y sufrientes de las mismas penas, vamos a lograr avanzar en derecho en este país"  (Trabajador CODELCO Andina)

 

En frases como estas podemos percibir que se ven a sí mismos como formando parte de un grupo de personas que se encuentra bajo una situación común de precariedad. Y en algunos casos, también es posible discernir que se atribuye el origen de esta precariedad a la situación de subcontratación. En el caso de un dirigente sindical de trabajadores forestales esto se expresa claramente: "La subcontratación es un mecanismo para las grandes empresas de eludir responsabilidades con los trabajadores, y al mismo tiempo de abaratar costos" (Dirigente CTF)

 

Sin embargo, este sentido de identidad no es homogéneo en todas las situaciones. Las diferentes condiciones materiales que se dan en uno y otro caso tienen importantes incidencias en lo que a toma de conciencia se refiere. Los trabajadores de CODELCO presentan la particularidad de vivir bajo un sistema -impuesto por la misma empresa- de discriminación entre trabajadores de planta y subcontratistas. La experiencia diaria de esta discriminación es lo que, creemos, habría conducido a la toma de conciencia, por parte de los trabajadores, de su situación precarizada. "Por ejemplo, cuando van a los casinos, entran primero los de CODELCO y después los contratistas, los colaboradores, los terceros, como quieras llamarlo. En los buses no puede viajar un contratista con CODELCO, no te puedes meter a las casas de cambio de ellos siquiera para tomar agua. Las comidas afuera, por ejemplo, tienen casinos diferentes" (Trabajador, CODELCO Andina). No obstante, esto no ha significado que los subcontratistas de CODELCO no sean capaces de reconocerse como trabajadores y mantener como horizonte la unidad entre pares.

 

En el caso de Bosques Arauco, en cambio, pese a que se reconozca la pertenencia a un colectivo de trabajadores, hay una distancia y una constante comparación con el resto de los trabajadores, lo que trae como consecuencia fracturas en una posible unificación. Así lo expresan los entrevistados: "Bueno, nosotros lo hallamos malo porque resulta que ellos [trabajadores de la salud, registro civil, profesores] ganan el billete, y nosotros no ganamos  nada, y estuvimos una vez en paro, y quedó la tendalada, cuando nosotros nos paramos. ¿Cómo a ellos no les hacen  nada y a nosotros nos trataron como animales?" (Trabajador  Bosques Arauco, asociado a CTF)

 

Esta suerte de desapego que los trabajadores de Bosques Arauco expresan frente a otros trabajadores se explicaría en parte porque las condiciones laborales bajo las que ellos se desenvuelven, como ya señalamos, son bastante más precarias que las de los trabajadores de CODELCO u otros rubros. Por este motivo, la identificación de los trabajadores de Bosques Arauco con un colectivo nacional o histórico de trabajadores, no se ha desarrollado lo suficiente.

 

Un segundo elemento de conciencia que adquiere un colectivo a partir de su posición específica, tiene que ver con la capacidad de identificar con claridad a un oponente, es decir, a un adversario en las dinámicas de apropiación de recursos o de la capacidad de dirigir la sociedad. En este nivel, los trabajadores no presentan claridad frente al reconocimiento de un "enemigo". En cambio, hay reticencia para hablar en esos términos, lo que nos habla de un bajo nivel de conciencia política: "En CODELCO se dio una situación donde nosotros hemos cultivado una buena relación con la gente de CODELCO, es decir, tenemos diferencia de opinión, diferencia de cómo se hacen las cosas, pero no nos transformamos en enemigos, vemos el mismo problema bajo prismas diferentes" (Dirigente sindicato, CODELCO Ventanas); "Una empresa sin trabajadores no existe y viceversa, un trabajador sin empresa no existe, ¡nos necesitamos!, si vamos a confrontarnos vamos a tener un país retrógrada que en vez de avanzar retrocede, esa es una realidad pero hoy día cuesta entender" (Dirigente Sindical Bosques Arauco, asociado a FETRAFORMA)

 

De acuerdo con nuestra perspectiva teórica, planteamos que para proyectarse políticamente, un movimiento no sólo tiene que tener claridad sobre quién tiene la responsabilidad de la situación de dominación en que se está, sino también hacia quién hay que dirigirse, o a quién hay que enfrentar, para revertir esa situación. Probablemente donde este tipo de conciencia se halla más desarrollado sea también en CODELCO, específicamente en CODELCO Andina, y principalmente a nivel dirigencial: "Las transnacionales nos están haciendo tira a nosotros, y el gobierno no hace nada para evitarlo" (Dirigente sindical, CODELCO Andina)

 

Finalmente, la posibilidad de que los sujetos perciban una totalidad social y el carácter que le otorgan a esta totalidad, constituye un tercer elemento de conciencia bastante significativo para la conformación de un actor social. En ese aspecto, el primer indicio que tenemos para hablar de conciencia de una totalidad social en el caso de los trabajadores de CODELCO y Bosques Arauco, es que éstos perciben la existencia de otros colectivos, ajenos al mundo laboral, como son los estudiantes, los profesores, etc., pero que tienen dificultades, al igual que ellos. De esta forma, los trabajadores son capaces de percatarse que tanto ellos como los otros, están insertos en un mismo sistema de dominación.

 

Ahora bien, las representaciones que se hacen los trabajadores de esta totalidad social no son unívocas. La injusticia social, la desigualdad, la falta de democracia, la existencia de poderes fácticos, etc. son los principales diagnósticos que realizan trabajadores y dirigentes sobre el contexto social en el que se insertan.

 

Algunos extractos de los discursos, representativos de gran parte de los trabajadores, dan cuenta de esta percepción de la totalidad social: "No estamos en democracia, la democracia no manda en este país. Si mandara tendríamos derecho a manifestarnos (...) Hasta cierto punto tú puedes salir a hablar de tus ideales, pero hasta cierto punto tú tienes que quedarte callado y guardar tus cosas" (Trabajador, CODELCO Andina); "Claro, o sea, la gente ahora tiene acceso a tener condiciones materiales. Las condiciones materiales han cambiado, tú tienes acceso a un televisor, a un auto, pero la parte de cómo educar a sus hijos, de cómo alimentarse, no... porque los sueldos se han mantenido en los años." (Trabajador CODELCO Andina); "...y si hubiera oportunidad para esa gente que no tiene plata, gente con buenos pensamientos, gente estudiosa, gente que nace para hacer otra cosa, pero no tienen la oportunidad, pero no están los medios, pero a veces nos frustramos" (Dirigente sindicato asociado a la FETRAFOR, Bosques Arauco)

 

De modo general, se puede observar que los trabajadores perciben un sistema de dominación en el cual se ven a sí mismos como la parte sometida de la sociedad: los que no tienen acceso a los beneficios, la parte excluida de la sociedad y de la democracia. 

 

Sin embargo, el gran problema que se presenta aquí es que los trabajadores perciben las consecuencias de un sistema, pero no son capaces de conectar estos problemas a una misma causa estructural, lo que se condice con la poca claridad que manifiestan a la hora de identificar a un enemigo. De esta forma, hay distintos niveles en que los trabajadores entienden sus problemas particulares como formando parte de una totalidad social. Sólo en algunos dirigentes, y principalmente en CODELCO Andina, es donde se establece más claramente esta relación: "como nosotros luchamos por una alegría, por un himno que decía "la alegría ya viene" y cómo nos damos cuenta que esa alegría nunca llegó para nosotros lo trabajadores, esa alegría llegó para los grandes empresarios" (Dirigente sindical, CODELCO Andina). En esta frase se percibe hasta qué punto la situación de los trabajadores es vista como un producto de la distribución global de la riqueza.

 

En Bosques Arauco, en cambio, precisamente por el hecho de no sentirse parte de un colectivo de trabajadores, los subcontratistas están todavía muy centrados en su situación particular de dominación: "Porque somos la segunda potencia mundial en Chile, aparte del cobre que es la primera, somos la segunda, pero somos la provincia de Arauco más pobre que hay en cuanto a la cesantía, en cuanto a las casas, las habitaciones aquí, somos los más pobres" (Trabajador Bosques Arauco, asociado a la FETRAFOR).

 

En este contexto, se percibe que hay un escaso desarrollo de la conciencia política de los movimientos. Por lo general, los trabajadores tienen un desarrollo ideológico más cercano al de carácter económico-corporativo, que nace directamente desde la situación de precariedad en la que están, mientras que los grados de conciencia más cercanos al nivel político se presentan en los estratos dirigenciales. Los entrevistados suelen señalar que sólo hay participación cuando los problemas atañen directamente a las personas: "Cuando se ven afectados la gente sale" (Trabajador CODELCO Andina).

 

Entre las empresas, en CODELCO Andina es donde se puede percibir quizá un mayor nivel de conciencia, siendo este aún bastante reducido. Por otra parte, los trabajadores perciben que esto es parte de un proceso, por lo tanto, si bien podríamos aducir que se trata de movimientos en vías de politización, esas vías se desarrollaran si se fomenta el proceso de politización dentro de los mismos trabajadores, más allá de los factores coyunturales.

 

5.3. Movilización y proyecciones: el carácter político del movimiento de los trabajadores subcontratistas

 

Como hemos visto, las condiciones de precariedad en las que se encuentran los trabajadores de CODELCO y Bosques Arauco, tienen una base común, pero adquieren distintas características en cada caso. Las interpretaciones que llevan a cabo los trabajadores de su posición son, por lo tanto, diversas. Cabe preguntarse, en ese sentido, por cuáles son las proyecciones políticas derivadas de los niveles de conciencia de los trabajadores, en cada una de las situaciones descritas.

 

Las relaciones que establecen los trabajadores, o el movimiento en sí, con la política, son diversas. Por esta razón, pueden considerarse distintos aspectos o puntos de vista desde los cuales el movimiento se aproxima a la política. Por ejemplo, la percepción que se tenga del sistema político formal va a implicar una distinta valoración de la política que la que se deriva del contexto de la propia movilización. Y es que el concepto de lo político es un concepto complejo, por lo que es preciso hilar fino para captar todas las sutilezas existentes en esta relación.

 

Uno de los primeros aspectos que destacan de esta relación tiene que ver, precisamente, con la percepción que los trabajadores tienen del sistema político formal. Sobre este tema, hay una visión generalizada de rechazo o de crítica frente al sistema de representación. Ni los partidos políticos, ni el gobierno representan los intereses de los trabajadores: "...hoy día tú ves cada partido político que figuran ellos no más, o sea no quieren saber de los trabajadores la gente que está más abajo que ellos, utilizan a la gente el tiempo de elecciones no más, ofrecen todo pero al momento de estar con la gente trabajadora..." (Trabajador Bosques Arauco, asociado a la FETRAFOR); "Realmente ellos [la Concertación y la derecha] no nos representan a nosotros los trabajadores" (Trabajador CODELCO Andina); "El Estado no nos ayuda en nada a nosotros (...) El Estado siquiera debiera apoyar a los trabajadores. Jamás nunca ha hecho nada" (Trabajador Bosques Arauco, asociado  la CTF)

 

Por otra parte, se critica fuertemente también la represión empleada por el Estado en las movilizaciones, llegándose incluso a cuestionar la idea misma de democracia en la actualidad: "El Estado, es para mí es una figura bastante mediocre (...) El gobierno actúa como apagando incendios, y la forma peor de lo que hizo fue, para que la solución fuera más pronta, ocuparon más medios represivos, mucha violencia contra los trabajadores" (Dirigente sindicato, CODELCO Ventanas); "Para mí esta dictadura, que a uno le toca vivir en democracia, es la más dura" (Trabajador Bosques Arauco, asociado a CTF). En este sentido, esta visión se condice directamente con el principio de totalidad social reseñado un momento antes. Los trabajadores se perciben a sí mismos como sometidos por un sistema de dominación que no les da cabida para expresarse. Su situación es de exclusión política.

 

Sin embargo, pese a que hay una visión negativa de la política como sistema formal, creemos que no hay un rechazo a la política como participación, salvo en algunos casos específicos, que se encuentran principalmente en la organización FETRAFOR, de Bosques Arauco[19]. Al criticar la exclusión política, la represión y la escasa representatividad de los partidos, los trabajadores y dirigentes no hacen otra cosa que manifestar una voluntad política de ser escuchados. De ahí que algunos dirigentes de CODELCO, que es donde hay más claridad a este respecto, planteen la necesidad de "recuperar" la CUT, como el único mecanismo por medio del cual los trabajadores pueden consolidarse como movimiento social, y expresar sus demandas, a nivel de gobierno o a nivel de país: "... para las causas emancipadoras y de transformación... queremos recuperar esta CUT para esas causas y esas alianzas" (Dirigente CTC, CODELCO).

 

En este contexto de rechazo al sistema político formal, a nivel de trabajadores, el sindicato aparece como la figura idónea para que éstos -de forma concertada- puedan expresar sus demandas, así como también defender sus derechos e intereses frente al empleador. La valoración del rol del sindicato es siempre positiva. A modo de ejemplo, reproducimos parte del discurso de un trabajador de Bosques Arauco, representativo de la totalidad de los trabajadores de ambas empresas: "Yo creo que una persona... un grupo de trabajadores, mientras no esté dentro de una organización, que es realmente la entidad que nos permite defender nuestros derechos, hacer los planteamientos, que nos escuchen los empresarios, es justamente por entremedio de una organización que se llama sindicato. Aquí, en Chile, y en el mundo entero, el mismo nombre, sindicato. Mientras no estemos dentro de una organización sindical, siempre los empresarios van a esquivar muchas cosas." (Trabajador Bosques Arauco, asociado a la FETRAFORMA)

 

No obstante, en términos concretos, las organizaciones sindicales no siempre son bien apreciadas por todos de manera homogénea. Si bien en CODELCO se da una situación de bastante apego a la CTC, en Bosques Arauco las organizaciones están más divididas: "Nosotros estamos en la CUT, la USINFA está afiliada a la UNT. Nosotros estamos por un sindicalismo sociopolítico, ellos están por un sindicalismo despolitizado" (Dirigente CTF) En estas diferencias es donde se percibe la ambigüedad que cruza aún la figura del sindicato: el problema es, precisamente, si este debe o no poseer un carácter político. Las reticencias a este respecto, guardan una directa relación con la mala apreciación de los trabajadores sobre el sistema político formal: "Cuando tu te metes en el tema sindical, y lo juntas con el tema político, los trabajadores desconfían, porque los trabajadores en estos momentos no confían en la política" (Dirigente sindicato, CODELCO Ventanas).

 

Ahora bien, pese a que no haya claridad sobre el carácter del sindicato en términos políticos, las movilizaciones emprendidas por los trabajadores tienen, en sí mismas, este carácter. Las movilizaciones, desde la perspectiva de sus autores, tienen por objetivo cambiar las condiciones existentes. En ese sentido, los métodos y estrategias que se utilizan, pese a no correr por canales establecidos por la legalidad, son vistos como legítimos por los trabajadores, puesto que se perciben como la única forma de ser escuchados: "Nosotros tenemos que luchar, salir a la calle a luchar, hacer las cosas que supuestamente al gobierno no le gusta que hagamos en las calles, pero es la única forma de hacernos notar" (Trabajador CODELCO Andina); "...por eso se llegó a esto, que fue lo del paro. Sabemos que es algo ilegal, pero es la manera que pueden escuchar, ya sea el gobierno, o un empresario, es la única forma tener que realizar este tipo de movimientos. Porque el arma más efectiva, hoy en día, para tener que llamar la atención" (Dirigente Sindical Bosques Arauco, asociado a FETRAFOR).

 

 Así, el movimiento introduce una nueva ruptura, relacionada también con lo que veíamos en un primer momento: la voluntad de superar el sistema institucional vigente, ya que este es restrictivo para el trabajador. En las palabras del Presidente de la CTC se manifiestan con claridad estas ideas: "...porque todos decían que es una huelga ilegal, y que esto, y esto otro, y que la violencia, nosotros decimos es una huelga legítima, nosotros no creemos en la legalidad, sino en la legitimidad de nuestra demanda, porque nadie podría decir que los trabajadores contratistas estamos bien" (Dirigente CTC, CODELCO).

 

Sin embargo, no en todos los casos se presenta una visión tan rupturista. Principalmente en CODELCO Ventanas y en Bosques Arauco se escuchan algunos planteamientos que privilegian el diálogo sobre la movilización, y valorizan negativamente el uso de métodos de presión "violentos" como los cortes de caminos y la quema de buses: "Huelgas sí, yo apoyo. Con violencia, no." (Trabajador, CODELCO Ventanas); "... y ellos hicieron la tendalada nomás, y nosotros no somos así, somos forestales no más, y no nos da para quemar un bus ponte tú, o hacer cosas como lo que el cobre hizo" (Trabajador Bosques Arauco, asociado a la FETRAFOR). Esta diferencia de perspectivas, creemos, también da cuenta de un distinto nivel de politicidad en cada uno de los escenarios.

 

Desde este punto de vista, planteamos que el movimiento tiene, efectivamente, un carácter político, pese a que en la percepción de los trabajadores hay diversos grados de profundidad en la ruptura. Queda por revisar, por lo tanto, los niveles de proyección de los movimientos en términos de sus demandas, de manera de estudiar las posibilidades de que éstos se consoliden en el transcurso del tiempo. En este punto es donde se hace evidente la relación entre los niveles de conciencia de los trabajadores subcontratistas y su proyección en términos de transformar las condiciones existentes. 

 

De acuerdo con el nivel de su desarrollo de conciencia, los movimientos de los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco, apuntan aún a un nivel bastante básico en cuanto a su grado de politicidad. Sus principales demandas son de tipo económico-corporativo: mejorar los salarios, las condiciones laborales, y la calidad de vida. La frase siguiente resume lo expresado por la totalidad de los trabajadores: "Nosotros tenemos que proyectarnos con un sueldo que podamos arrendar una casa, o sea, comprar una casa, o pagar un dividendo, podamos darle un buen estudio a nuestros hijos, y vivir cómodamente, no llenos de lujos, no queremos dos autos en la casa, no queremos cuatro televisores, pero que se pueda vivir dignamente" (Trabajador CODELCO Andina).

 

Sin embargo, pese a que los niveles de politicidad son bajos, existen. La proyección política que tienen dice relación con la intención de establecer un quiebre en el círculo de reproducción de las condiciones sociales. Por ello es que los trabajadores buscan mejorar su situación más para sus hijos que para sí mismos: "Más plata, sueldo más alto, para educar un hijo, porque de todos los trabajadores forestales, nadie puede educar un hijo. El hijo qué esperanza, después va a ser igual que uno no más" (Trabajador Bosques Arauco, asociado a CTF).

 

Ahora bien, en cuanto a las posibilidades que tienen los movimientos de proyectarse más allá de estas reivindicaciones concretas, creemos que en CODELCO hay un piso más adecuado. En los trabajadores de CODELCO no sólo hay una mayor conciencia que en Arauco de pertenecer a un colectivo de trabajadores, sino que también, como vimos, una mayor comprensión de que la situación de precariedad en que se está depende de factores estructurales determinantes. Así, es posible encontrar en su discurso, la constatación de una necesidad de transformar la totalidad social, entendida como desigual, a partir de la acción estatal: "El país tiene que preocuparse por su gente. La presidenta o el presidente que esté tiene que preocuparse de que su gente tenga todas las condiciones para vivir bien, que tenga una buena educación, una buena condición de vida, que tenga unos buenos hospitales, que se puedan atender muy bien, que tenga un trabajo digno, que puedan ganar una plata que les sirva para vivir decentemente." (Trabajador CODELCO Andina).

 

Por otra parte, también se alude al problema de la renacionalización del cobre, o de las riquezas naturales en general, que ha sido planteado por el movimiento de los subcontratistas de CODELCO a un nivel más global: "El Estado debería hacer que todas las riquezas naturales que tenemos nosotros, ser nuestras (...) El Estado debería preocuparse de ser más nacionalista, en el sentido de que lo nuestro es nuestro, o sea, no venderlo, de hecho lo han vendido, lo han entregado a otros países" (Dirigente sindical, CODELCO Andina)

 

La percepción del Estado como el organismo responsable de otorgar a la sociedad mayores grados de justicia social, implica que se logra percibir, aunque sea primitivamente, la figura estatal como el espacio donde la totalidad social adquiere su coherencia, es decir, desde nuestra perspectiva teórica, como el lugar donde se condensan las contradicciones del todo social.

 

Sin embargo, pese a que la mayor parte de los trabajadores planteen que es necesario llevar a cabo importantes transformaciones en la sociedad actual, esto no es asumido como una tarea u objetivo que se proponga el movimiento en la actualidad. No obstante, los grados de conciencia más elevados que encontramos en CODELCO nos pueden llevar a pensar que en el futuro, el movimiento sí podría presentar una proyección en un sentido más político.

 

6. A modo de conclusión


La pregunta que planteamos en esta investigación desde un comienzo, estaba referida a la politización de los movimientos de trabajadores subcontratistas de Bosques Arauco y de CODELCO. La pertinencia de esta pregunta en un contexto en que la sociología parece haber abandonado su tradicional preocupación por esas cuestiones resultaba por lo tanto, problemática. Significaba comprender, en la actualidad, el fenómeno de la emergencia de dos movimientos sociales a partir de la esfera del trabajo, en un contexto en que la sociología está pensando en el desplazamiento de la estructura productiva, y por tanto, de las clases sociales, como lugar constitutivo de actores sociales. 

 

Los cambios acaecidos en la estructura productiva, la fragmentación del  proceso de trabajo, la emergencia de formas de contratación atípicas, son sólo algunas de las transformaciones que han llevado a la sociología a desplazar su mirada hacia la constitución de los llamados "nuevos movimientos sociales". Sin embargo, la emergencia de los dos movimientos señalados da cuenta de que el problema no había sido desplazado por completo, pese a que las interpretaciones lo habían dejado de lado.

 

Es por eso que en esta investigación planteamos la necesidad de volver a interpretar las relaciones entre estructura y acción social, entre condiciones materiales y condiciones ideológicas, de manera de abordar el problema de la constitución política de un actor desde la esfera del trabajo.

 

En ese sentido, las conclusiones que se obtuvieron del estudio, muestran una directa relación entre las condiciones materiales, ideológicas y políticas de los trabajadores subcontratistas de CODELCO y Bosques Arauco. A continuación, presentamos una breve síntesis y articulación de los principales resultados obtenidos:

 

Tabla 1: Síntesis de resultados

 

CODELCO

Bosques Arauco

Condiciones materiales

La precariedad es una situación común a los trabajadores de ambas empresas, lo que contrasta con las enormes ganancias que obtienen éstas y su posición en el mercado internacional.

En CODELCO se produce una diferenciación entre trabajadores subcontratistas y trabajadores de planta que no se da en Bosques Arauco.

En Bosques Arauco, las condiciones laborales y de vida son más precarias aún que para los trabajadores subcontratistas de CODELCO.

Condiciones ideológicas

Los trabajadores de CODELCO se perciben a sí mismos como formando parte de un colectivo histórico de trabajadores, que a veces es identificado con la "clase obrera".

Debido en parte a su situación de mayor precariedad, los trabajadores de Bosques Arauco tienen menor percepción de que forman parte de un colectivo de trabajadores.

En ambos casos hay un reconocimiento de la totalidad social, percibida ésta como un sistema en el que los trabajadores ocupan posiciones de exclusión o subordinación. Sin embargo, salvo en ciertos casos de trabajadores de CODELCO Andina, no hay una clara visión sobre las causas estructurales de este fenómeno, por lo que la visión de totalidad no conduce a una toma de conciencia generalizada sobre la necesidad de transformar las condiciones actuales de la sociedad.

Hay un desarrollo desmembrado de las condiciones ideológicas, lo que da cuenta de que se trata de un proceso complejo, no unidireccional y que no posee una pauta definida de evolución.

Politización

Las movilizaciones son vistas por la mayoría de los trabajadores como un eje central para cambiar el orden de cosas existente, debido a que los canales institucionales no dan cabida a las demandas de estos sujetos. En este sentido, las movilizaciones plantean una voluntad de transformación social, de superación de la institucionalidad vigente.

En términos de proyección política a partir de las demandas de los trabajadores, el nivel al que éstas apuntan es principalmente de tipo económico-corporativo, pese a que haya una preocupación fundamental por mejorar la calidad de vida de las futuras generaciones. 

Los trabajadores de CODELCO, principalmente CODELCO Andina, tienen una mayor propensión a plantear que el mejoramiento de su situación particular pasa por cambios globales de la sociedad. En ese sentido, se trata de un terreno más favorable a la politización.

En Bosques Arauco, los trabajadores no han desarrollado lo suficiente una conciencia de totalidad social más allá de sus experiencias particulares. En cierta forma, permanecen sumergidos en una lucha contra la precariedad de la que son víctimas. 





 

Con estos antecedentes, y respondiendo a la pregunta que guió la presente investigación, podemos señalar que ambos movimientos se encuentran en vías de politización. Pese a encontrarse en una situación de precarización laboral importante, los trabajadores subcontratistas han sido capaces de superar esa barrera, planteando un conflicto de carácter político. Sin embargo, no debemos olvidar que si bien existe un nivel de politización, éste se encuentra en un estado bastante primario. Los trabajadores aún no alcanzan un desarrollo ideológico elevado como para manifestarse políticamente. Esto se debe a que no pueden dimensionar completamente su postura en la esfera productiva, ya que sólo son capaces de ver las consecuencias de un problema de dominación estructural, y no sus causas.

 

Cabe señalar, sin embargo, las diferencias que existen entre los trabajadores de CODELCO y Bosques Arauco a este respecto, ya que, como se muestra en el cuadro síntesis los primeros se encuentran en una posición mucho más favorable al terreno de la politización. En el caso de los trabajadores de Bosques Arauco, consideramos que su menor politización se explica porque su situación de precariedad laboral es mucho mayor, y, en este sentido, la subcontratación y la flexibilidad laboral estarían operando en forma directa para inhibir el desarrollo de este movimiento.

 

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24. Touraine, Alain, La conscience ouvrière, Éditions du Seuil, Paris, 1966.

 

Anexo metodológico

 

El tipo de estudio acá presentado tiene un carácter descriptivo y exploratorio, ya que se realiza una caracterización, en sus diversas dimensiones, de un fenómeno que ha sido escasamente estudiado en la actualidad desde un punto de vista sociológico.

 

Se utilizaron dos fuentes de información: datos secundarios y entrevistas en profundidad. La recopilación de datos se hizo en base a los Reportes Anuales de CODELCO y ARAUCO, el Instituto Forestal de Chile (INFOR), la Corporación Chilena del Cobre (COCHILCO) etc., y también a partir de datos entregados los propios sindicatos, federaciones o confederaciones involucradas. En lo que se refiere a las condiciones ideológicas y políticas de constitución de los movimientos, la estrategia empleada fue la cualitativa, y la técnica, como señalamos, la entrevista en profundidad semi-estructurada.

 

El universo del estudio está constituido por todos los trabajadores subcontratistas asociados a algún sindicato y que prestan servicios a las empresas CODELCO y Bosques Arauco. Para la realización de las entrevistas, el primer criterio de delimitación de la muestra fue la pertenencia a una u otra de estas empresas. En cada una de ellas, se realizaron entrevistas a dirigentes y a trabajadores de base, debido a que podían aportar perspectivas diferentes sobre el tema en cuestión.

 

En el caso de CODELCO, la muestra estuvo constituida por dos de sus cinco divisiones: Ventanas y Andina; cuya elección corresponde al criterio del azar. Por otra parte, se utilizó un criterio relativo al tipo de servicio que prestaran los trabajadores subcontratistas a CODELCO, pues se pensó que en cada área hay un nivel distinto de pertenencia a la empresa mandante, y por tanto, un nivel distinto de involucramiento con el conflicto. Finalmente, se empleó un criterio relativo a los distintos niveles de dirigencia del movimiento, que parte desde el grado cero, es decir, el trabajador de base, hasta el dirigente de la principal organización, la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), pasando por los dirigentes sindicales o de federaciones.

 

En total, en la empresa CODELCO fueron realizadas 16 entrevistas, ocho de las cuales corresponden a CODELCO Andina, siete a CODELCO Ventanas y una a un dirigente de la Confederación, transversal a todas las divisiones. De los sujetos entrevistados, cuatro eran dirigentes de Federación o de zonales de la CTC, cuatro eran dirigentes de sindicatos de base y siete eran trabajadores sin ningún cargo dirigencial.

 

En el caso de Bosques Arauco, la muestra estuvo constituida a partir del criterio de diferenciación que supone pertenecer a cada una de las organizaciones que participaron en el conflicto: Federación de Trabajadores Forestales de Arauco, (FETRAFOR), Federación del Transporte Forestal y Maquinaria (FETRAFORMA) y Confederación de Trabajadores Forestales (CTF); debido a que estas organizaciones presentan planteamientos distintos que fue necesario recoger para cumplir con el criterio de exhaustividad. Otro criterio utilizado corresponde al área laboral en que se desempeñan los trabajadores, que son básicamente tres: bosques, transporte y aserraderos. Finalmente, también se utilizó el criterio relativo a los distintos niveles de dirigencia, partiendo desde el grado cero, el trabajador de base, hasta los dirigentes de las principales organizaciones, pasando por los dirigentes sindicales.

 

En total, en la empresa Bosques Arauco, fueron realizadas 14 entrevistas, de las cuales cinco corresponden a trabajadores y dirigentes asociados a la organización FETRAFOR, dos a la FETRAFORMA y siete a la CTF. De los sujetos entrevistados, tres eran dirigentes de Federación o Confederación, cinco eran dirigentes sindicales y seis eran trabajadores de base.

 

 

Notas


[1] Señalamos que este es uno de los debates más importantes en Chile para las ciencias sociales actuales, debido a que diversos autores e instituciones se han dedicado a estudiar el problema en el marco del nuevo escenario político-social. Entre ellos queremos mencionar algunas perspectivas, tales como la que desarrolla el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, que enfoca el problema desde la subjetividad de los actores y una perspectiva estructural, que enfatiza en los procesos de estratificación, es decir, las condiciones que tendría una clase en la actualidad para la acción (Wormald y Torche, Portes y Hoffman). 

[2] Chile nuevamente se insertará en el mercado mundial, dejando estancada y sepultada aquella etapa de posible industrialización que se había generado justamente a partir de la crisis del capitalismo liberal.

[3] Para mayor profundización sobre este tema, ver Baño, Rodrigo, y Faletto, Enzo, Transformaciones Sociales y Económicas en América Latina, 1999.

[4] Para mayores detalles ver Moulian, Tomás, Chile actual. Anatomía de un Mito, 1998.

[5] El ejemplo más paradigmático lo constituye la constitución aprobada en 1980.

[6] Lo que Poulantzas denominará como el aparato político de Estado o Marx como superestructura jurídico-político.

[7] El conflicto se vincula a posiciones desiguales en la estructura, en otros términos, a clases sociales. Sin embargo, no todo conflicto representa una lucha de clases.

[8] Ahora bien, puede ser que las clases se hallen siempre constituidas en la esfera del trabajo, sin embargo, es posible que el trabajo no sólo conduzca a la conformación de clases sociales. El trabajo puede conducir a la formación de muchos otros grupos de acción política o a ninguno de ellos.

[9] Según datos del Banco Central de Chile, extraídos de http://si2.bcentral.cl/Basededatoseconomicos/951_portada.asp?idioma=E, con fecha de 04-10-2008.

[10] De 1.738 millones de dólares en 1996 a 4.959 millones de dólares en 2007, según datos del Instituto Forestal de Chile (INFOR), extraídos de http://www.infor.cl/, con fecha de 10-10-2008.

[11] Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO), Anuario de estadísticas del cobre y otros minerales, 1988-2007, extraído de http://www.cochilco.cl/productos/anuario.asp, con fecha de 04-10-2008.

[12] Datos extraídos de la página del INFOR: http://www.infor.cl/, con fecha de 10-10-2008.

[13] Caputo, Orlando y Galarce, Gabriela, Los sueldos de los contratistas y la campaña sucia de CODELCO, extraído de http://www.rebelion.org/noticia.php?id=52927, con fecha de 15-10-2008.

[14] Información extraída del diario La Nación entre las fechas 01-05-2007 y 30-05-2007.  

[15] Fuente: entrevistas.

[16] Como indicamos anteriormente, en CODELCO los sueldos de los subcontratistas bordean los 250.000 pesos, mientras que en Bosques Arauco, no superan los 135.000. Fuente: Caputo, Orlando y Galarce, Gabriela, Los sueldos de los contratistas y la campaña sucia de CODELCO, extraído de http://www.rebelion.org/noticia.php?id=52927, con fecha de 15-10-2008, y diario La Nación, entre las fechas 01-05-2007 y 30-05-2007.

[17] Fuente: entrevistas. 

[18] Fuente: entrevistas.

[19] En particular, en el caso del presidente de dicha organización, que declara que el sindicalismo debe ser apolítico en todos sus aspectos. Fuente: entrevistas.